Fuentes policiales y judiciales informaron que
el hombre, identificado como José Luis Canteros (34), quedó detenido
acusado de tentativa de extorsión.
Canteros es uno de los organizadores de una conocida feria de la localidad
de Villa Trujuy, en el partido de Moreno, donde también vive, y el miércoles
pasado desapareció.
Los voceros explicaron que el propio
Canteros se comunicó mediante mensajes de texto y llamadas telefónicas con
su familia y les dijo que había sido secuestrado por una banda que pedía
30.000 pesos de rescate.
“En total hubo cuatro comunicaciones y
siempre nos llamó la atención que nunca hablaban los secuestradores, sino
que mandaban mensajes de texto o hablaba la propia víctima transmitiendo lo
que supuestamente le decían sus captores”, dijo un jefe policial.
Además, según las fuentes, Canteros
insistía en todo momento en que si la familia no podía reunir el dinero, se
lo pidieran a su jefe, el dueño de la feria donde él trabajaba y a veces
decía que tenían que ser 30.000 pesos y otras, hablaba de dólares.
“A las dos horas del secuestro ya
sabíamos que algo raro había”, dijo una fuente judicial.
El caso fue denunciado y la investigación
recayó en el fiscal federal de Morón Marcelo Fernández, la Delegación
Departamental de Investigaciones (DDI) de Mercedes y el equipo
antisecuestros de la Superintendencia de Investigaciones de la policía
bonaerense.
Los especialistas analizaron la procedencia
de las llamadas y así determinaron que todas las comunicaciones provenían de
dos celulares que se activaban en la zona de Luján.
El fiscal Fernández ordenó que los
detectives antisecuestros se dirigieran a la zona y realizaran tareas de
inteligencia.
“Recorrimos los kioscos, bares y hoteles
de la zona de Luján donde se activaban las antenas con una foto de la
víctima y así, con ayuda de testigos que lo reconocieron, logramos
determinar dónde estaba”, explicó una fuente judicial.
Los policías llegaron así hasta el
“Hotel Centro” de Luján, ubicado en la calle Francia 1062 de esa
localidad, a dos cuadras de la basílica, donde al irrumpir en la habitación,
los pesquisas encontraron a Canteros solo.
“Me mandé una cagada. Tengo muchas
deudas”, dijo Canteros cuando vio a los policías, confesando que se
había tratado de un autosecuestro.
Según lo que contó el comerciante y lo que
ya había averiguado la policía, Canteros estaba aquejado por las deudas
porque le debía más de 10.000 pesos a dos prestamistas y le pedía el dinero
del rescate a su jefe porque sabía que él podía tener esa suma de dinero.
Los detectives antisecuestros hallaron
además los dos celulares desde los que Canteros realizaba las falsas
llamadas extorsivas.
El caso movilizó a más de 200 policías
-jefes, detectives, personal de calle, técnicos y peritos-, que por
protocolo actúan ante un secuestro.
Canteros fue trasladado detenido a la DDI
de Mercedes donde pasó la noche en un calabozo y hoy será indagado por
tentativa de extorsión por el juez federal 3 de Morón, Juan Pablo Salas,
quien luego, junto al fiscal Fernández, se declararán incompetentes y
derivarán el expediente a la justicia penal ordinaria.