Morosos y
pillos
Julia
Otero - Periodista
Desde que empezó la crisis han cerrado medio millón de pequeñas y medianas
empresas. Hablamos de un sector maltratado y olvidado que no ha sabido
convertirse en el lobi al que tendría derecho por ser el auténtico motor de la
economía, el que da empleo al 60% de la población.
Las pymes no tienen
glamurosos consejeros delegados ni se reúnen en los salones de palacio con el
poder político, muy proclive a mimar al gran empresariado y a los representantes
del Ibex-35. Ya saben, hoy por ti, mañana por mí. De las pequeñas y medianas
empresas, en cambio, suelen acordarse mucho en campaña electoral, forman parte
del segmento al que se besa y se le reconoce el mérito cuando se acercan
elecciones. Acabado el recuento, aquí paz y allá se las compongan.
Como los datos no son opinables, ahí van algunos: el 99% del tejido
empresarial español está construido por las pymes, representan nada menos que el
65% del PIB. Más de millón y medio no tienen asalariados, o sea, se trata de
sufridos autónomos que no conocen siquiera el significado de baja laboral.
Pues bien, la experiencia demuestra que tras una época de recesión son esas
microempresas las primeras que crean empleo. ¡Fíjense en el mimo que habría que
dedicarles! Sigamos con los datos: según la Plataforma Multisectorial contra la
Morosidad (PMcM), son las grandes empresas, la aristocracia del Ibex-35, las que
peor y más tarde pagan. He ahí el motivo de la asfixia de una buena parte de las
pequeñas empresas que han muerto por inanición.
Las diferentes leyes no han puesto remedio porque sencillamente no se
cumplen, sin que tal cosa suponga penalización ni castigo. ¿De qué sirve que la
ley determine que el plazo de pago en el sector privado no supere los 60 días y
los 30 en el sector público si aquí paga todo dios cuando le da la gana sin
ninguna consecuencia?
Estilo del matón de barrio
Lo más escandaloso es que el pez gordo aplasta al pequeño, al más puro estilo
del matón de barrio: son algunas empresas cotizadas del Ibex las que se toman el
triple de tiempo del permitido para abonar sus facturas. Sin embargo, exigen
cobrar a sus clientes en mucho menor tiempo, o sea, se están financiando sobre
las espaldas de sus propios proveedores, pymes y autónomos. Señores, somos el
pito del sereno. ¿Recuerdan la famosa promesa -esta sí convertida en realidad
hace poco- de no exigir el adelanto del IVA cuando aún no se ha cobrado la
factura? Pues solo el 15% de las empresas se han acogido a esa ventaja. ¿Son
tontos el 85% restante? No, simplemente son chantajeados con impunidad: les
amenazan con cambiar de proveedor y optar por aquellos con los que puedan
deducirse el IVA sin haber pagado. Olé tú.
La PMcM exige sanciones contra esta lacra, en la que somos unos campeones.
Son imprescindibles multas potentes. Es una pena concluir que sin palo este país
se da al pillaje.
Fuente: https://elperiodico.com/es/noticias/opinion/morosos-pillos-3247188
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