Psicología del Deporte: Motivando desde el vestuario
POR: Julia Alvarez Iguña - Martes 3 de junio de 2014
La Licenciada Julia Alvarez Iguña nos presenta un
artículo en donde se destaca el perfil del entrenador
al momento de motivar a sus jugadores
Cada entrenador conoce my bien la importancia de mantener a
su equipo con un buen nivel de activación. La
motivación, es la disposición estable, es el rasgo individual o grupal,
que le da sentido a lo que un deportista siente, y demuestra en
una competencia.
En la vida, en el trabajo, en el mundo del deporte, debemos poseer
motivación, ese deseo o energía, que nos mantenga orientados en
alcanzar objetivos, por medio del esfuerzo y la superación continua, ya
que de nada sirve por sí solo el talento personal, si no va
acompañado, de una buena cuota de motivación interna.
Es muy difícil para todo entrenador, llegar a su club y
encontrar al equipo desactivado, con miedo, dudas,
desorganizado, indisciplinado. Todas estas manifestaciones aisladas
de conductas, son las que también provocan, de manera indirecta, la
perdida de motivación del entrenador. Son tiempos cuando es mejor
no entrenar, ni pensar en resultados, ya que estos hablan de
por sí solos.
Todos los equipos tienen sus altibajos continuos, y una de
las maneras de mantener la activación de un equipo, comienza en
el vestuario. ¿Qué hacer? Parar al equipo y hacerlo reaccionar a tiempo.
Volverlos a meter en la meta grupal, entender que cuando se entra a un
vestuario, los problemas personales de cada uno quedan afuera.
Es en ese instante, cuando al ponerse la camiseta, ya cambia el rol y la
función de cada uno.
El vestuario es el espacio virtual donde se cambia la
realidad cotidiana, por la realidad del juego, lugar donde se
puede dejar de hacer cualquier cosa, menos de pensar en “jugar”,
del entrenamiento o partido que se avecina. Es en ese espacio donde se conjugan
dos fenómenos, la diversión y lo serio del
juego, donde lo que se juega, es algo que no pertenece a la vida, no forma parte
de la satisfacción de deseos y necesidades propias.
A manera particular, no se puede estar en dos lados al mismo
tiempo. Si estás preocupado, o pensando en algo de tu vida personal,
sacáte la camiseta, y salí a arreglarlo, pero…. déjale el lugar a otro
jugador, que sepa cuál es su obligación en ese lugar
compartido. Si bien todo deporte posee cierta tensión,
incertidumbre e irresolución, también posee jugadores con capacidad de
resolución, aquellos que creen que sí se puede, que siempre se
encuentran nuevos territorios, nuevas arenas, nuevos
adversarios a conquistar.
Es así que, si somos quince, somos quince con la cabeza en
un solo objetivo: el partido. José Manuel Aira, entrenador del
Racing de Ferrol, para motivar a sus jugadores, llena las
paredes del vestuario con carteles y frases motivadoras
pronunciadas por líderes, deportistas, o técnicos del máximo nivel, como una
manera de lograr una identificación personal, con cada una de
esas palabras, que logran transmitir el verdadero espíritu de
lucha de un equipo.
Entre ellas podes llegar a encontrar frases como:
“Cuando entres en este equipo a trabajar, elige por favor la actitud de
hacer que hoy sea un gran día. Los compañeros y tú mismo lo agradecerán”.
“Tomemos el trabajo muy en serio sin estar serios, está atento para
ayudar siempre al tu compañero. Todos juntos somos más fuertes“.
“Fuera egos“.
En la puerta de acceso al vestuario puede leerse: “Prohibida la entrada a
todo aquel que no venga a sumar“.
Si bien estas frases no son dichas a manera de amenaza, es
una declaración de intenciones, y algo que debe tener muy en
cuenta todo jugador que llegue a formar parte de un
equipo.
Otra experiencia con mensajes motivantes, fue cuando en la
pasada fase de ascenso a la Segunda B frente al Laudio, pidió a
los familiares de los jugadores que le enviaran mensajes de
ánimo y cariño. Montó un vídeo con todos, y se lo puso a los futbolistas
el día del partido. Provocó muchas lágrimas y logró el efecto deseado de lucha
por un ideal de gloria.
Fuente: rugbytime.com/blogs/psicologia-del-deporte-motivando-desde-el-vestuario
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