A nuestros hijos les
ponemos limites, porqué a los deudores no?
Autor: Eduardo Buero -
eduardobuero.com
No
hay ninguna duda que a nuestros hijos los queremos mucho y para
formarlos, para educarlos, para que crezcan en forma sana y correcta les
ponemos límites. Nos cuesta, nos duele, nos molesta, pero es necesario
hacerlo. Es mas, ellos mismos muchas veces hasta lo piden, lo buscan, lo
reclaman y luego con el tiempo hasta nos critican de no habérselos
puesto a tiempo.
Con los deudores debería ser igual, los queremos porque fueron clientes,
siguen siendo y en la mayoría de los casos lo seguirán siendo.
Los deudores necesitan nuestros límites para reaccionar, para frenar,
para pensar, para que recapaciten y busquen alternativas.
Si no les pongo límite que pasa? Le sigo vendiendo, lo sigo esperando,
pienso que estoy cubierto porque agrego intereses, y en realidad lo
hundo cada vez mas.
Las deudas con el tiempo se convierten en impagables y en incobrables,
comienzan etapas más angustiosas en la relación, se generan
desconfianzas, excesos de confianza de alguna de las partes, las nuevas
situaciones que se presentan interfieren e interrumpen las actividades
comerciales conjuntas, finalmente se rompe el vínculo.
Es mas, hay deudores en mora que contraatacan el juicio de embargo
aduciendo que al otorgar la financiación el Banco tenía en claro por la
documentación presentada que iba a ser difícil pagarla, o que los
responsables de controlar que con el mismo flujo de ingreso se obtenían
crédito en varias instituciones financieras al mismo tiempo eran éstas y
que el deudor no era responsable si se las otorgaban todas.
Porqué no frenar a tiempo entonces? Desde elegir mejor la financiación
adecuada para que el cliente no se sobre comprometa, hasta hacerle
seguimiento cercano. Desde avisarle los vencimientos de las facturas o
las cuentas a pagar hasta reclamarle las impagas desde el día 1 de mora.
Desde generarle beneficios por mantenerse al día para que lo valore y
cuide hasta definir campañas de adhesión de morosos con determinada
fecha para aprovechar el plan. Desde asesorarlo en el manejo de stocks y
precios de venta final hasta graduar la entrega de mercaderías o
servicios en función de los pagos.
Un cliente es como un socio para nosotros, un deudor es un socio con
problemas y debemos ocuparnos para recuperarlo, para ayudarlo y es
simplemente estableciendo pautas y límites en esa sociedad que vamos a
lograr comprender y desarrollar mejor esa relación. Con límites vamos a
crecer ambos, pero debemos animarnos a ponerlos. Igual que con los
hijos.
Fuente:
https://eduardobuero.com/buero_newsletters.htm
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