Grindetti termina con los cobradores domiciliarios: “Estos hijos de puta no piensan en la familia”
REALPOLITIK | 3 de marzo de 2018
Por: Mónica Galván
El escenario es Lanús, tierra del intendente macrista Néstor Grindetti. Los involucrados: cobradores domiciliarios municipales y en frente, el oficialismo. En el medio, cientos de miles de pesos en juego que se recaudan casa por casa en el cobro del ABL (alumbrado, barrido y limpieza). Una maquinaria ideada por el ex intendente Manolo Quindimil que continuó hasta nuestros días y
que esta semana llegó, parcialmente, a su fin por decisión del jefe comunal.
“En la época de Manolo, ni cerca, ni raspando”, se lo escucha decir al cobrador Torres en un audio para indicar que durante el gobierno del caudillo peronista a nadie se le ocurría interferir en la cobranza domiciliaria que concebía un porcentaje de lo recaudado y que, sumado al sueldo, otorgaba una ganancia de entre 70 y 120 mil pesos mensuales a los “destajistas”.
“Esto (lo del recorte) pasó en la época de Darío (Díaz Pérez) porque cobrabas en la calle y cuando cobrabas lo atrasado te sumaba un montón de plata. Por eso algunos tienen el coeficiente tan alto. Ahora creo que uno solo cobra 100 mil pesos. Gustavo (Quindimil) está cobrando 76 mil. Pero vos imaginate –le dice Torres a su interlocutor-. A todos nos cortan las patas. Fijate que
Gustavo tiene las dos pibas en una facultad privada. Y todos tienen su problema. Eso es lo que tampoco piensan estos hijos de puta. En uno, en la familia que uno tiene atrás. En la época de Darío (Díaz Pérez) nos dieron otro batacazo. Todos los intendentes que vienen nos dan una felpeadita”, se escucha en el audio.
La decisión de terminar con los cobradores fue del propio Grindetti. Esta semana el intendente mandó al Concejo una ordenanza para poner fin con los privilegios. El documento les baja la comisión a 1,75 por ciento de la cobranza. Se irá bajando gradualmente hasta desaparecer. Es que la bancarización del pago de los impuestos es un hecho y se termina la caminata recaudadora. Los
concejales acompañaron el proyecto, menos el bloque de Unidad Ciudadana. El propio Sebastián Beroldo -que fuera mucho tiempo cobrador- votó a favor del gobierno y en contra de sus ex compañeros de caminata. En la municipalidad hoy colocaron un cartel en el que lo tildan de “traidor”, declarándolo “persona no grata” y le aconsejan: “Ni se te ocurra venir por el palacio”. Es que
Beroldo, por pedido de Gastón Rodríguez (nieto de Manolo), fue nombrado cobrador en el 2007.
El Torres que habla, es miembro de una numerosa familia de militantes peronistas de la era Quindimil. Alberto Torres es concejal del Movimiento Peronista Bonaerense. Amigo de Manolo, junto al director de Limpieza Alberto Robles, alias “Trapito” -porque antes trabajaba limpiando autos-, armaron la maquinaria del cobro domiciliario y le dieron la caja a sus parientes: Gustavo
Robles (hijo), Gastón Rodríguez, Noelia Quindimil y hasta un sobrino del actual senador Claudio Lozano. Todos cobradores privilegiados.
Torres sigue en el teléfono: “Acá hubo muchos arreglos internos. A Gustavo (Quindimil) que trabajó para Cambiemos, para su querida Noelia Quindimil y ella los cagó como de arriba de un árbol. A él y a otros compañeros que los dejaron afuera. Siempre todos los años, todos los intendentes se la agarran con nosotros. Es una cosa de locos”, se queja.
El enojo de los cobradores es, en su mundo, lógico. Deberán volver a su lugar de trabajo, de lunes a viernes, con la carga horaria de seis horas como cualquier otro municipal. Antes, solo iban dos días a la semana y sin horario establecido. Desde ahora también volverán al bolsillo flaco. Solo el sueldo, antigüedad y una comisión a 1,75 por ciento. Dicen que el intendente les
ofreció una jefatura pero la rechazaron. La medida permitirá ahorrar 20 millones de pesos aproximadamente que se van a destinar a obras. Además desde el oficialismo dijeron que el municipio “ya no es más una vaca lechera”.
El cobrador municipal domiciliario en Lanús es una foto en blanco y negro. Cuentan que la plata dulce sirvió para la dolce vita. Viajes en yate, fiestas fastuosas, elegancia y glamour. También hablan de la especulación recaudadora. Se cobraba el 1 de mes pero se rendía un 20; entonces el dinero entraba en un plazo fijo que permitía hacer aún más diferencia. Otra: los cobradores
tenían un seguro ante el riesgo de un posible robo. El resultado es obvio. Una vecina contó a REALPOLITIK que era tanta la abundancia de los cobradores que “caían en unas naves maravillosas, todo era un lujo en ellos, en las ropas, en los autos últimos modelos, para subirte a esos autos necesitabas mínimo una escalera”, exagera para ilustrar los grandes beneficios de cobrar a
domicilio. (REALPOLITIK.com.ar)
Fuente: https://realpolitik.com.ar/nota/30690/grindetti_termina_con_los_cobradores_domiciliarios_estos_hijos_de_puta_no_piensa_en_la_familia/
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