Vivir sin deudas,
es mejor que estar enamorado
Autor: Eduardo Buero
Mariposas en la panza, todas las
comidas son ricas, los colores se ven más brillantes, las poesías emocionan,
todos los paisajes son alegres, se disfrutan los sabores, los olores se
transforman en perfumes, la vida es una bendición, hasta algunos científicos lo
llaman “estado alterado de la conciencia”. Si, estoy describiendo lo que se
siente al estar enamorado, quizás el mejor estado posible que una persona, si
tiene suerte, transita en una parte de su vida. Nadie lo discute. Ahora bien, si
por un momento podemos separar este concepto, lo que debemos comprender como
Gerentes de Crédito y Cobranzas es que el mejor estado que pueden tener nuestros
clientes es estar al día. Y porqué me refiero a los Gerentes?, porque son
quienes generan las estrategias de cobro e instruyen a sus mandos medios la
política a cumplir en cada momento de la verdad, en el contacto con cada
prospecto, con cada cliente y cada deudor en mora.
Una
de las falencias mas recurrentes en la acción de cobro es no transmitir a todos
ellos argumentos contundentes de los motivos por los cuales logra acceder al
crédito una persona, las razones por las que le conviene cumplir con el
compromiso asumido una vez otorgada la financiación y pagar las cuentas a
tiempo, y porqué es importantísimo hacer un esfuerzo adicional y conseguir el
dinero para regularizar la mora lo antes posible.
Si, leyeron bien, en el momento de vender, en el período de administración del
cobro normal y en el gestión de mora. Se podría decir que salvo estar enamorado,
no hay un mejor estado que vivir sin deudas, porqué? Vivir sin deudas es…….
Poder sacar crédito donde sea, eligiendo la mejor opción y no la única oferta,
la que le presta al moroso, que seguramente será mas oneroso y con más estrictas
las acciones de recupero. Es poder acceder a oportunidades de compra con
descuento porque tenemos vigente nuestra capacidad de acceso: tarjeta de crédito
vigente, una línea preacordada y que nos permiten aprovechar fácilmente los
buenos precios y las financiaciones sin interés. Es tener la oportunidad sacar
créditos en forma ágil para poder resolver problemas nuestros, ayudar a un
familiar que tiene un inconveniente económico o de salud y poder así, solventar
cuentas que por su monto se haría imposible con un salario normal. Es lograr
poder comprar bienes registrables como la casa y el auto y de esa forma
capitalizar nuestro futuro y de nuestra familia.
Es poder vivir sin sobresaltos, intimaciones o llamados que alteran la paz
familiar, laboral y comercial. Es pagar menos, y por lo tanto se optimizan los
ingresos porque no se pagan gastos, recargos, honorarios, etc.
Es dar el ejemplo en su hogar y en su empresa, porque la familia tiene al jefe
de la misma como su líder y es un espejo donde ellos se reflejan, educan y
repiten, y en la empresa es ejemplo de honestidad, de cumplimiento de los
compromisos comerciales asumidos, y se obtiene entonces el respeto y buen nombre
en el mercado y en sus empleados.
Ahora bien, lamentablemente las personas tanto físicas como jurídicas no valoran
todo esto hasta que lo pierden, y mientras tanto juegan al límite y se dan
gustos, invierten, consumen, no planifican.
Estoy convencido que los Gerentes de Créditos y Cobranzas somos responsables de
ordenar y controlar que los vendedores, los oficiales de crédito y los
cobradores de nuestras empresas transmitan claramente estos conceptos, para que
los futuros y actuales clientes valoren no estar afectados en la Central de
Riesgo, que se enorgullezcan de su situación positiva en la misma y que la
cuiden, que la preserven, que la mantengan y si no que la recuperen rápido para
volver a ser y a sentir lo que sintieron cuando le aprobaron su crédito
hipotecario y accedieron a su casa por fin, o cuando se compraron la heladera
acorde a sus necesidades o cuando accedieron a capital de trabajo para su
negocio y finalmente no cumplieron con los pagos.
Por último quiero agregar que la mejor forma de transmitir estos conceptos es
hacerlo en base a las emociones que éstos provocan. Hay que hablar de….
La ALEGRIA de poder calificar para el crédito que quiere.
La HONESTIDAD de pagar en tiempo y forma los compromisos asumidos
La TRANQUILIDAD de pagar solo lo que corresponde y que nadie lo moleste, al
contrario le den premios y lo feliciten por ser buen cliente
La SATISFACCIÓN de sacarse de encima la deuda
La DIGNIDAD con que puede mirar nuevamente a los ojos a su familia o a sus
empleados porque nuevamente es alguien en quien pueden confiar.
Por eso, el mejor estado sería estar enamorado, aunque a veces no dura mucho, el
DISFRUTAR estar al día y mantener el acceso al crédito puede durar toda la vida
y además depende solo de uno estarlo. Lo habían pensado?
Fuente:
https://callcenternews.com.ar/index.php/management/motivacion/728-sd