Combal: "Estamos teniendo que
extender plazos y resignar tasa para
cobrar a morosos"
El sector de cobranzas ve crecer la demanda en
tiempos de crisis. Eso si, el recupero de las deudas no
necesariamente hace crecer los resultados
MATÍAS BARBERÍA
El cambio radical que sufrió la realidad económica desde el primer
trimestre del año pasado golpeó a la actividad, al empleo y redujo
6,7% el salario real. Todos esos números afectaron la capacidad de
personas y empresas de hacer frente a sus pagos y en el sector
especializado en cobranzas eso significa una disparada en la
actividad, aunque no así en la facturación.
Guillermo Combal es presidente de Recuperos y Mandatos, una pyme con
220 empleados dedicada a la cobranza de cartera en mora de todo tipo
de tarjetas de crédito, empresas de medicina prepaga, créditos de
cadenas de electrodomésticos y aseguradoras de riesgo de trabajo.
Según el empresario, que acusa 37 años de experiencia en el sector,
la cobranza en tiempos post-crisis de balanza de pagos de 2018 se
tiene que conformar con recuperar algo de lo que los deudores han
dejado de pagar a costa de sacrificar rentabilidad.
¿Con qué tipo de mora trabajan?
A partir de los 90 días en las cuentas que han sido rescindidas y a
partir de los 30 en las cuentas que están vigentes, es decir, que no
han sido dadas de baja o cancelado el servicio. Y atendemos todos
los estadíos de mora, desde las vigentes hasta lo que es "cartera
muerta", que es aquello que ya pasó a pérdida y tiene más de 180
días de atraso.
¿Cómo cambio el negocio de cobranza de un año a esta parte?
Nuestra facturación en el año 2018 fue de $ 98 millones, previo a
gastos e impuestos, lo que deja entre un 8% y un 15% de ganancia
según la evolución de los costos de cada año. Cuanto mayores son
problemas en el país es cuando más crecemos nosotros en cuanto
actividad, pero no en cuanto a resultados. En el primer trimestre
del año tuvimos un aumento del 27% en facturación respecto de mismo
trimestre del año pasado, debajo de la inflación interanual que está
arriba del 50%.
¿Qué cambió en cuanto a la realidad de los deudores con los que
tratan?
El deudor tiene tres problemas. El primero es la pérdida de trabajo,
el segundo la reducción de los montos que percibían -hay pymes que
negociaron reducciones nominales de sueldos, menos horas extra-, el
tercero es el aumento que tuvieron los servicios públicos que les
dejan menos ingreso disponible. Así, hay que acompañar la realidad
del deudor.
Que por ejemplo el deudor está cobrando quincenalmente. O que, por
ejemplo, un taxista puede hacer depósitos mínimos cada 3 días y no
un pago mensual tan grande. Solemos cobrar tasas del Banco Nación,
pero hemos ofrecido tasa cero a cartera muerta.
¿Qué es lo primero que se deja de pagar?
Prepaga. Después la tarjeta, por último el auto. La prepaga tiene un
sustituto en la salud pública. En cuanto a tarjeta, tratan de
sostenerla hasta último momento porque es un recurso para
financiarse a corto plazo. El problema es que una persona que se
atrasa 60 días en la tarjeta no puede hacer el pago mínimo, se le
vuelve imposible de remontar. En cuanto a prepagas estamos viendo
30% más de atraso que hace un año, en tarjetas algo más, y en el
caso de tarjetas corporativas de pymes el aumento llega al 40%. Y en
ese punto es donde, tememos, puede seguir creciendo la mora, a estas
tasas cada vez más pymes tienen problemas.