Hacia el liderazgo digital: el
líder no será como lo conocimos
Es esperable que la nueva organización del
trabajo en tiempos digitales traiga consigo un estilo de liderazgo
diferente al que conocíamos. No solamente, en lo que se refiere a la
modalidad de teletrabajo sino también dentro de las organizaciones.
La pregunta, es cómo nos estamos preparando para esto, en un
contexto que demanda más trabajo colaborativo, estructuras más
horizontales y CEOS que se involucren con temas sociales y
ambientales. ¿Estamos preparados? Según un estudio de la consultora
Deloitte, donde se investigó sobre el tema, el 80 % de los
encuestados cree que se necesitan nuevas habilidades para liderar en
el siglo XXI. Esto fue lo que respondieron:
Pero, además, no olvidemos que las nuevas generaciones valoran más
el impacto social de las empresas por sobre los resultados
financieros, lo cual pone nuevos desafíos a las organizaciones y a
sus líderes. Este es el nuevo contexto según los encuestados:
Fuente gráficos: Deloitte
Frente a semejantes desafíos, se generan brechas que tomarán tiempo
resolver porque el liderazgo comprende en gran medida aspectos socio
culturales. Y como todo lo referido a la cultura, y a los cambios
sociales, demanda tiempo.
Ahora bien, ¿cuáles serían las principales brechas según este
estudio? El desarrollo de las nuevas competencias de los líderes
debería enfocarse en: Transparencia, aunque ahora aparece valorada
esta competencia debió ser primordial desde siempre, la
transparencia conlleva a construir relaciones de confianza.
Colaboración interna: algo que quienes estamos en este sector
conocemos muy bien, y podemos aprovechar: formar equipos de trabajo.
Cambios en la gestión de desempeño: la evaluación de los
colaboradores también tiene que cambiar y debería medirse en
relación con su labor con los clientes.
Estamos transitando una transición y como todas las transiciones
implican un gran esfuerzo adaptativo y de aprendizaje. No obstante,
tenemos a nuestro favor, la experiencia de formar parte de un sector
que se ha transformado radicalmente en una década, lo cual nos ha
hecho perder, por un lado, el temor al cambio y por otro nos ha dado
la “agilidad” para seguir en ese camino. Además de saber, que en
pocos años más los líderes no serán como los conocimos en el siglo
XX.