Por la recesión y la suba de
precios, el consumo de combustibles premium se derrumbó 25% en el semestre
Son datos de la Confederación de Entidades
del Comercio de Hidrocarburos y Afines (Cecha). Subió la demanda de
combustibles más baratos, pero no compensó la caída de los más caros
Por Natalia Donato / 3 de agosto de
2019
En el primer semestre, la demanda de combustibles cayó 1,18%, con
mayor preponderancia los premium
Como se venía vislumbrando mes a mes, el primer semestre cerró con
una caída en el consumo de combustibles, en un contexto recesivo,
con salarios que vienen de perder 12 puntos porcentuales respecto de
la inflación y que recién comenzaron a recuperar ahora, y con
aumento en las naftas casi todos los meses producto de la inflación,
el tipo de cambio y el valor del petróleo.
De acuerdo con un informe de la Confederación de Entidades del
Comercio de Hidrocarburos y Afines de la Argentina (Cecha), la
demanda de combustibles cayó 5,28% en junio respecto del mismo mes
del año pasado y acumuló una merma de 1,18% en los primero seis
meses del año.
El semestre registro una caída interanual después de dos años de
crecimiento. En el mismo período de 2018, la venta de combustibles
había crecido 2,35% respecto de 2017, mientras que en el primer
semestre de ese año había trepado 1,7% frente al 2016.
La contracción del semestre está impulsada por una fuerte baja en el
consumo de la nafta premium, que se derrumbó 24,4% interanual, y del
diesel, cuya demanda se contrajo 7,85% respecto del mismo período
del 2018. Ambos llevan, respectivamente, 11 y 9 meses consecutivos
de caída. Pero compensaron -y por eso la caída no fue mayor- las
ventas de gasoil, utilizado mucho en el sector agropecuario, y la
nafta super, que treparon 7,83% y 5,76%, respectivamente.
Con la caída de junio, que alcanzó el 5,28% interanual, la venta de
combustibles al público volvió a bajar por encima del 5% después de
seis meses, ya que el último registro similar se había dado en
diciembre, con una contracción del 5,17%. En junio, se sintió fuerte
la baja en la incidencia que venía teniendo el gasoil por la
actividad agropecuaria, que en abril y mayo había crecido 13,8% y
18,4%, respectivamente, y que en el sexto mes del año subió apenas
1,5 por ciento.
"Tanto en naftas como en gasoil, el público ha cambiado los hábitos
y consume productos más baratos (Nafta Súper y Gasoil) en lugar de
productos de mayor calidad (Nafta Premium y Diésel). Sin embargo,
cuando se suman los litros consumidos de ambas naftas y los dos
tipos de gasoil, también se comprueban caídas, por lo que el público
está consumiendo menos", señaló el gerente general de la cámara,
Guillermo Lego.
Entre el 2 de enero y el 31 de julio, el promedio de aumento en
todos los combustibles fue del 18,2%. El primer mes del año habían
bajado los precios, pero luego todos los meses hubo incrementos,
explicados por la suba del dólar y el barril de petróleo, además del
efecto inflacionario sobre el impuesto a los combustibles. De todas
maneras, el impacto del tributo viene siendo atenuado porque en
junio se postergó, en julio se desdobló y esta semana el Gobierno
desdobló aún más el 7,5% que faltaba subir del gravamen. ¿Con qué
objetivo? Buscar un impacto suave en los precios de los surtidores.
De todas formas, las petroleras todavía no han decidido aplicar
aumentos este mes. Si bien se especulaba en los últimos días con que
podrían subir cerca de 2% (por el impacto del impuesto y parte de
recomposición del costo, que aún lleva un retraso del 10%), el
Gobierno está logrando frenar esta medida, al menos hasta las PASO.
Por más suave que sea, cualquier decisión de estas características
podría generarle complicaciones al oficialismo, cuyos números con la
oposición están más que ajustados.