Fintech restringen el crédito:
reducen montos y plazos a la mitad
Pese al alza inflacionaria con respecto al año pasado, ahora los
préstamos no se dan más a un año, sino a seis meses, mientras que
antes daban $ 60.000 y hoy apenas $ 30.000. Obedece a que se
incrementó la cantidad de defaulteadores
“Hoy el gran tema para cualquier empresa fintech
es la financiación. Además, les prestan a segmentos que son muy
sensibles a cualquier cambio de la macroeconomía, tanto por tema de
inflación como laboral, entonces empiezan a no poder cumplir con los
pagos”, reconoce Salvador Calógero, country manager de 4Finance, que
tiene la marca Vivus.
Según admite en los pasillos del Latam Economic
Forum, ante este contexto las fintech empiezan a acortar los plazos
y reducir los montos: “Hace un año se prestaba hasta $ 60.000 o $
70.000, y hoy nadie presta más de $ 30.000, e incluso con menos
cuotas, mientras antes eran a 12 meses, ahora son a 8, 7 o en
algunos casos sólo 6.
Hasta hay fintech que han cortado la
adquisición, ya que no están adquiriendo clientes nuevos en el
mercado, porque no consiguen buenos, ya que se ponen más
restrictivos y suben el corte del score crediticio: si hace un año
aceptabas gente con 400 de score, ahora lo subís a 600, para obtener
clientes que tengan menor probabilidad de default”.
Alejandro Cosentino, vicepresidente de la
Cámata Fintech y presidente de Afluenta, lo dice en otras palabras:
“No es que las entidades reduzcan el monto del crédito, sino que la
capacidad de endeudarse de las personas se ve reducida, ya que
muchas instituciones suman las cuotas existentes más la del nuevo
préstamo”.
En este sentido, los monotributistas están más
expuestos a las fluctuaciones laborales, entonces prefieren
prestarle a quienes están en relación de dependencia, que tienen
mayor estabilidad laboral. Dentro de ese segmento, prefieren a los
casados antes que a los solteros, ya que de esa forma suman dos
ingresos, en caso de que el cónyugue trabaje, desde ya, por lo que
aumentan las chances de repagar el préstamo. Calógero advierte que
hay ciudades, como Rosario, Santa Fe, Tucumán y Salta, donde hoy la
mora es mayor.
A nivel nacional, la morosidad fuera del sistema
bancario (en fintech, mutuales y cooperativas) se triplicó en el
último año, al pasar de un 8 al 25%, según confiesa el dueño de un
banco nacional que suele comprar carteras de morosos, aquellos que
no han pagado en más de 90 días.
Hace un año, esas carteras se vendían al 9 o 10%
del valor total, mientras que hoy son tan difíciles de cobrar que se
venden a apenas el 3 o el 4%, y son sólo algunas empresas de
cobranzas las interesadas. “Cambiamos mensualmente de líneas de
teléfono cuando llamamos a los que nos deben plata, porque sino al
conocer desde qué número los llamamos nos cortan directamente”,
señala el gerente de cobranzas de una multinacional.